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 Dr. Jekyll y Mr. Hyde

 



Tania Coelho dos Santos
Posdoctorado en el Département de Psychanalyse de Paris VIII

Profesora Asociada II del Programa de Postgrado en Teoría Psicoanalítica/UFRJ
Investigadora del CNPQ
nível 1C
Presidente de la Asociación Núcleo Sephora sobre el Moderno y el Contemporáneo

Psicoanalista de la Escuela Brasileña de Psicoanálisis y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis

taniacs@openlink.com.br

 

Resumo

Ese caso es didáctico pues enseña como la interpretación propicia la caída de los objetos inconscientes, promoviendo una articulación entre el goce real y lo sentido. Es un caso que demuestra que la  drogadicción, nuevo síntoma de la contemporaneidad, no es una estructura. Este analizando enseña a su analista que el uso de la droga es un tratamiento por la exaltación erotómana, típica de la histeria, del sentimiento de culpa ligado a la hostilidad contra el padre. Mientras, él no esconde que hace un uso contumaz de drogas como la cocaína, que se asocia aún al consumo exorbitante de bebidas alcohólicas.

Palabras-clave: Neurosis obsesiva, melancolía, drogadicción, nuevo síntoma, psicoanálisis.

 

   
 

 

  Dr. Jekyll and Mr. Hyde

Abstract

This case is didactical since it teaches how interpretation propitiates the fall of the unconscious objects, promoting an articulation between the real joy and the senses. It is a case that demonstrates that the drug addiction, new symptom of contemporary is not a structure. This analisante teaches his analyst that drug abuse is a treatment to erotômana agitation, typical of hysteria, of a guilt feeling linked to his father. While, he does not hide he frequently uses drugs such as cocaine which is also associated to a great use of alcoholic drinking.

Key words: obsessive neurosis, melancholy, drug addiction, new symptom, psychoanalysis.

 



Mis intervenciones en este caso – aparentemente polisintomático – me permiten distinguir la depresión y los pasajes al acto de un neurótico obsesivo, de un posible cuadro melancólico. Una poderosa adicción al uso de drogas es un embarazo a más. Esa adicción a ese objeto oral, reduce el campo del saber al objeto nada, alimentando una anorexia mental, marca de histeria que singulariza la neurosis obsesiva de este hombre. Ese caso es didáctico pues enseña como la interpretación propicia la caída de los objetos inconscientes, promoviendo una articulación entre el goce real y lo sentido. Es un caso que demuestra que la  drogadicción, nuevo síntoma de la contemporaneidad, non es una estructura. Este analizando enseña a su analista que el uso de la droga es un tratamiento por la exaltación erotómana, típica de la histeria, del sentimiento de culpa ligado a la hostilidad contra el padre.  La queja principal es la depresión. Mientras, él no esconde que hace un uso contumaz de drogas como la cocaína, que se asocia aún al consumo exorbitante de bebidas alcohólicas. Sus estados de depresión se alternan con intensos conflictos en el lazo social. La excesiva agresividad se prolonga en pasajes al acto antisociales y rupturas radicales en sus vínculos amorosos, familiares y profesionales que terminan en auto acusaciones violentas. Estas últimas, por su vez, lo reconduce a la depresión.

Antonio João acepta conversar con la analista,  pero avisa que será inútil pues ya sabe que es incurable.   Él es un impostor y me advierte: nada do que él me va a decir es verdad.  Quizá, todas las cosas que me va a decir sean  apenas justificativas que él inventa para ganar mi simpatía. ¿ De qué la experiencia de impostura de este paciente sería un índice? En este caso es una expresión del síntoma clásico de neurosis obsesiva: la duda. La duda es el índice de la idealización del amo. Ella  demarca la distancia que el neurótico obsesivo debe guardar para non se presentar nunca como un amo. Non ser el amo, lo protege de la angustia de castración. Para esclarecer ese punto yo le pregunto: - ¿cómo es posible que un sujeto tan pusilánime – tal como usted se describe – sea capaz de tan aguda autocrítica? Él queda apasionado por la palabra pusilánime. En esta sesión, ha manifestado un gusto por las palabras poco usuales que ha prestado una consistencia inesperada a la suposición de un saber al analista, balanceando momentáneamente, su certeza de la inutilidad del lazo analítico. Se sigue que la queja principal non es el abuso del alcohol y de la cocaína. Al contrario, él afirma que esas sustancias son el tratamiento que él da a su depresión. Soy un deprimido. La depresión es para él un punto de certeza. Yo he contorneado la certeza del paciente cuanto a su depresión, haciendo de ella una duda, y le dijo: - non sé si le puedo tratar, le pido un mes para decidir si usted es mismo un deprimido. Al final de este tiempo yo le comunico que estoy segura de que non se trata de depresión. Con esa intervención, la respuesta inmediata es postergada pues yo introduzco como hipótesis que hay otro  saber sobre su estado. En el lugar del saber sabido, el saber en la experiencia analítica promete un sentido nuevo, en vías de advenir.

Hasta este momento yo aún hesitaba en diagnosticar una melancolía o una neurosis obsesiva. La respuesta del paciente, que acepta cambiar su certeza por la duda, me encoraja a pensar que se trata de una neurosis obsesiva. El sínthoma central no es la depresión y si el pensamiento compulsivo. Invadido por la ferocidad del superyo (objeto voz), él se defiende por medio de un mecanismo clásico: la anulación retroactiva. Él se deshace de sus pesadas auto acusaciones, drogándose (objeto oral) o sumergirse en el sueño profundo.(objeto nada). El elemento distintivo es la naturaleza de sus auto acusaciones. La extracción enigmática del objeto a, objeto del inconsciente, en la división subjetiva, nos esclarece sobre la estructura que está en juego.

En nuestros encuentros la desesperanza impera. El analizando expone sin disfrazar su división entre un sentido del deber muy agudo y una actitud cínica y bromista, que alcanza justo los objetos  de su angustia moral: su madre, su hijo, otro hijo de una relación casual y todas las mujeres con quien se ha relacionado.  Él se culpa de non estar a la altura de sus deberes para con todos ellos pero, al mismo tiempo, los desprecia cínicamente. Explica que le gusta presentarse como un grande y generoso proveedor, especialmente delante de las mujeres que, de pronto, se presentan independientes y fuertes, pero él siempre consigue las llevar a la ruina y a la devastación. Como él propio se define, él es el médico y el monstruo: Dr. Jekyll y Mr  Hyde.

Una cuestión esencial a la buena conducción del proceso analítico es distinguir la posición sexuada masculina de la neurosis obsesiva. En mi intervención destaco de sus enunciados la diferencia entre la exigencia del superyo obsesiva y la posición masculina. Entonces, yo le digo: presentarse como poderoso, generoso, un macho proveedor non es una farsa. Non se puede censurar un hombre por exhibirse como tal. Le señalo con esa interpretación de su angustia, el objeto a ya en caída. Revelo la diferencia entre la impostura narcisista  - falsedad moral – y la exhibición de insignias fálicas propias a la condición masculina. La interpretación analítica indica el real de la diferencia sexual y  desilusiona las pretensiones del narcisismo, que fuera del sexo, es alienado en la exigencia moral desmedida de las idealizaciones. Él  reacciona indignado y me dice que yo soy sexista. Tanto un hombre cuanto una mujer pueden, igualmente, comportarse como un proveedor o una proveedora! El significante proveedor demarca para ese sujeto un punto de goce fuera de la castración, da diferencia sexual. Revela el real fantasmal del goce bisexual en juego en su sínthoma. El próximo paso demuestra la articulación entre la carencia paterna y la recusa en saber sobre la castración. El significante proveedor incluye una versión del objeto a como idealización, un tapón (objeto anal) que obtura la castración. Esa es una vicisitud de la pulsión muy común en la neurosis obsesiva. Desexualizar la función de proveer es una maniobra para alzarla  a la dignidad de la oblación, don generoso de aquel que nada espera en retorno. Mi maniobra consiste en  rebajar  el significante proveedor, revelando su lado insoportable ligado al deseo sexual. Tratase de obtener la caída del objeto anal que sostiene el fantasma de la oblación.

Compulsivo en el trabajo, empresario ambicioso y auto confiado, acostumbra decepcionar los compañeros de profesión faltando a los encuentros inclusos en la agenda , sin ninguna justificativa o  aviso previo. En esas condiciones sumerge en un sueño profundo durante un, dos y hasta tres días. Yo le pregunto si ese comportamiento exorbitante en el trabajo non es semejante a su desempeño como proveedor delante de las mujeres. Yo quiero saber si es una identificación al padre. Él responde que su padre era un mierda, un nada, una persona sin ninguna importancia. Cuenta, entonces, que él murió durante el sueño. Él era tan insignificante que sus hermanos le acordaran para darle la noticia, pero él se ha virado para el canto y volvió a dormir. El diálogo que se sigue es decisivo:

-   Ah, entonces es eso, usted duerme para non saber de nada.

-   Yo tengo pena de mi padre y de mi madre. Él se murió durmiendo, ella se va morir inconsciente, del mal de Alzheimer.

-   Yo le digo: ¿entonces, usted teme morir sin saber de nada como sus padres?

-   Yo duermo para huir de mis pensamientos, de la culpa por ser tan guache, tan cobarde ...

Yo comento: Ah! Entonces usted es aquel que sabe demás...

Él prosigue y dice: yo me culpo por que yo  sé lo que está errado, pero non tengo el coraje de tomar los pasos que se debe tomar. Ayer me ha quedado chapado, me ha quedado esnifado por toda la noche ... Nadie puede me impedir de me drogar. Es inútil ...

Hago una intervención en un tono convicto: - ¿No mismo? Yo no puedo prohibirle pero puedo pedirle que pare de drogarse!

Interrumpo la sesión para enfatizar la sorpresa causada por mi pedido.

En otra ocasión le pregunto: ¿y o que usted hacia cuando estaba drogado?

Él responde: yo leía un romance.

¿Qué romance? Yo vuelvo a preguntar.

Él me responde: Sexus, plexus y nexus.

Yo insisto en saber: ¿de qué trata?

Él ríe y me pregunta: ¿cómo una doctora sabe de todo, usted non lo sabe? Es la historia de un escritor fracasado.

Observase que su ironía es otro modo de la presencia de la caída del objeto a. Escondido bajo la máscara de un drogado, él alimenta en el silencio de sus escapadas de la vida del cotidiano su identificación con los escritores y poetas geniales , melancólicos o simplemente locos.

Yo le demuestro toda mi sorpresa  y le digo: - entonces es eso, usted es un escritor fracasado...!

Él admite: - quizá sea eso: yo soy un escritor fracasado.

Yo me río de él y le devuelvo: - ya sabemos, entonces, quien son Dr. Jeckyl y Mr Hyde! El empresario bien sucedido y el escritor fracasado.

El diagnóstico de neurosis obsesiva non nos exime de llevar en cuenta la cantidad pulsional. El síntoma en la neurosis es también una suplencia de la non relación sexual. Por esa razón, algún tiempo después, mucho emocionado, él me pide que non le cure de sus auto acusaciones porque son ellas que lo mantiene ligado a la realidad. Sin eso, él me dice que sería insano. Yo me limito a ratificar la función de interdicción y recalque que sus auto acusaciones desempeñan: usted ha inventado para si mismo un padre fuerte, más poderoso do que era el suyo cuando vivo.

En un esfuerzo de limitar los efectos devastadores del superyo, le digo: - quizá usted se equivoca acerca de la verdadera causa de su sentimiento de culpa. Él responde: - ya lo sé, usted va a me decir que yo me culpo de ser un escritor fracasado. Yo le digo: _ non lo sé ..., ¿ qué te parece? Él me dice que tiene una deuda impagable con su madre que tomó la función de proveedora de los hijos, después de la muerte del padre. Surge el fundamento de creencia fantasmal de que esa función podría ser desempeñada por cualquier uno. Tratase de un rechazo de la inexistencia de la relación sexual en el punto donde ella toca la particularidad del lazo sintomático entre su padre y su madre. Le pido que me esclarezca si su madre ya trabajaba  antes de su padre morir. Él declara que non. Yo me apreso, entonces, en rectificar dos engaños. El que se refiere a la castración materna y el que se relaciona con la deuda paterna. Yo le digo: - non es esta su deuda. Eso fue lo que ella hizo por amor a los hijos de él. Es una deuda de ella con él. Y su deuda con él, cuál es?

 

Referencias bibliográficas

Coelho dos Santos, T. O psicanalista é um sinthoma. In: Latusa n. 11. Rio de Janeiro: EBP-RJ, 2006.

________. Versões lacanianas do amor analítico. In Opção Lacaniana, Revista Internacional de Psicanálise, n. 48. São Paulo: Eólia, 2007.

Freud, S. (1923) O Ego e o Id. Edição Standard das Obras Psicológicas Completas de Sigmund Freud. Rio de Janeiro: Imago. Vol. XXIII, 1976.

Lacan, J. (1959/60) Le Seminaire. Livre VII : L’éthique de la psychanalyse. Paris: Seuil, 1986.

________. (1962/63) Le Seminaire. Livre X: L’Angoisse. Paris: Seuil, 2004.

________. (1968/69) Le Seminaire. Livre XVI: D’un Autre à l’autre. Paris: Seuil, 2006.

________. (1975/76) Le Seminaire. Livre XXIII: Le Sinthome. Paris: Seuil, 2005.

Miller, J.-A . Cours numero 5, aula do dia 13/12/2006.

Laurent, E. De Tel Aviv à Rome. In: Quarto, Revue de Psychanalyse, n. 87, Belgique, junho 2006 (traduzido e publicado em aSEPHallus n. 3, Revista do Nucleo Sephora de Pesquisa, www.nucleosephora.com).  

 

Texto recebido em: 15/11/2007.

Aprovado em: 21/12/2007.