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                                                                                                                                                  (Versão em português)

Parejas por Internet
 


Hebe Tizio
Psicoanalista
Profa. Dra. De la Universidad de Barcelona/España
Miembro de la Escuela de Psicoanálisis de España

Miembro de la Associación Mundial de Psicoanálise
hebe@tizio.e.telefonica.net

Resumen:

Nuestra actualidad está marcada por el fenómeno Internet que introduce la posibilidad de anonimato, de deslocalización espacial y de simultaneidad temporal. Hay también otro punto que la Internet ofrece: la función de pantalla. ¿Lo que es la pantalla? La pantalla es el velo moderno que gesta la tecnología, es una creación significante y es el suporte de la imagen. Para el sujeto la pantalla es un recurso para suportar el mal-estar. La imagen, diferentemente de la palabra o de la letra, asienta su poder de dar consistencia en el facto de ser refractaria al corte.

Palabras-clave: actualidad, Internet, imagen, relaciones amorosas

 

 



Couples through the Internet


Abstract:

Our modern days are marked by the Internet event which brings the possibility of anonymity, space dislocation and time simultaneity. There is also something else offered by the Internet: the screen function. What is the screen? It is a modern veil that technology provides, it is a significant creation and it is the support for the image. The screen is for the subject a resource to stand embarrassment. The image, differently from the word or the letter, stablishes its power of giving consistence to the fact of being resistant to the cut.

Keywords: modern days, Internet, image, love relations

 

El discurso de época es un productor de los sentidos necesarios para intentar hacer con el vínculo social. Una de las formas de vínculo social es la pareja y en cada momento histórico, en cada cultura, hay elementos orientadores que dan envoltura a las relaciones y las hacen actuales a su época.

Si ustedes han visto el film Amelie Poulan podrán recordar la modalidad light de la pareja y las dificultades de Amelie para causar el deseo de alguien que está más preocupado por los restos de las imágenes fotográficas que por ella y cómo Amelie, totalmente new age, se las arregla para utilizar el anzuelo fotográfico para fijar a su amado. Esto nos indica que cambian las envolturas, los modos de hacer con el otro, pero que estructuralmente las cosas se mantienen, es decir, el objeto se halla en juego y el anudamiento de la pareja es sintomático.

Nuestra actualidad esta marcada por el fenómeno Internet que introduce la posibilidad de anonimato, la deslocalización espacial y la simultaneidad temporal.

Pero hay otro punto que ofrece Internet, la función de la pantalla. Pero, ¿qué es la pantalla?

Hoy hablamos de cultura de la imagen, pero creo que en realidad deberíamos hablar de cultura de pantalla. Podría objetarse esta afirmación diciendo que la cultura es una suerte de pantalla que vela el sinsentido radical de la existencia. Es verdad, pero sin ir tan lejos hablo de cultura de la pantalla en tanto que en esta hipermodernidad la pantalla se presenta como tal. Si vieron el Show de Truman recordarán que el personaje al final choca con ella… o el héroe de Matrix que al final la atraviesa… La pantalla ocupa hoy el lugar del espejo de otras épocas, Narciso, Alicia…

La pantalla es el velo moderno que gesta la tecnología, es una creación significante y es el soporte de la imagen. ¿Cuál es el poder de la imagen? La imagen muestra por los adelantos tecnológicos todo su poder para presentarse como objeto sobre la pantalla, crear realidad. Por esta capacidad de dar consistencia convoca un goce y hace al espectador partícipe de él y con los agregados interactivos se trasforma en el Otro al que dirigirse.

La función de la pantalla es permitir que algo se proyecte adquiriendo así estatuto de imagen, pero la particularidad de la pantalla es que dando a ver vela. La pantalla está definida por un marco que hace las veces de límite del mundo visible y permite focalizar la mirada en ese rectángulo borrando lo que cae fuera.

La pantalla es para el sujeto un recurso para soportar el malestar. La imagen, a diferencia de la palabra o la letra, ubica su poder de dar consistencia en ser refractaria al corte.

Pero no sólo tenemos la pantalla televisiva, tenemos la pantalla del teléfono móvil y la del ordenador. Tenemos la pantalla donde se proyectan las imágenes del cine y de la TV pero también existe la pantalla del móvil y del ordenador donde se escribe y que actualmente han revolucionado la forma de leer y de escribir.

Decimos frecuentemente que los jóvenes de ahora no leen pero en realidad leen sobre otro soporte, leen sobre pantalla y no sobre la página del libro. Sería interesante analizar el protagonismo de la letra, tal vez ustedes conozcan el fenómeno común de escribir mensajes con el móvil a alguien que se encuentra próximo o en el mismo lugar. Una madre me explicaba, desesperada, que no entendía cómo su hija adolescente le escribía mensajes al novio que estaba sentado a su lado en lugar de hablarse o tocarse… Hay que ver que estos pequeños objetos que amplían sus funciones son, cada vez más frecuentemente, el verdadero partener-síntoma de niños y adolescentes.

Un adolescente al que preguntaba si leía me decía que no le gustaba leer pero que se pasaba horas escribiendo su “obra viva” sobre Internet ya que entraba en el chat representándose con un personaje determinado y desarrollaba su argumento fantasmático. De este modo escribía todo el día en el ordenador o en el móvil, eso sí una escritura abreviada que omite vocales…

Las parejas por Internet tienen gran popularidad en este momento. La pantalla hace circular un nuevo tipo de vínculo. Pero vayamos a unas viñetas clínicas que quiero presentarles para ilustrar algunas cuestiones.

Una joven viene a la consulta aquejada de un malestar de tipo depresivo, angustiada… estado que comenzó después de haberse peleado con su novio. La hago hablar de esa relación y me dice que llevaban dos años, que nunca habían reñido y que ese vínculo se había cortado repentinamente.

Cuando le pregunto por el motivo de la ruptura me dice que ella quiso verlo y el no aceptó. A partir de aquí esta joven, que se confiesa tímida y sin experiencias anteriores, me dice que era una pareja por Internet y que cuando ella pidió una cita para conocerse el “novio” rompió. Ella se presentaba con el alias de “supermujer, la heavy” y el otro, un “hombre verdadero”.

A partir de la negativa aparece en primer plano la pantalla que vela y la pregunta sobre quién era realmente el interlocutor y que quería ese otro de ella… Esto la sume en la angustia de un objeto anónimo para preguntarse después cómo pudo.

¿Cuál es la función de la pantalla en la economía psíquica? Tenemos que recordar que la castración no solo confronta con algo forcluído, es decir, no significantizable que aparece como enigma, sino que también deja el sujeto con el recurso de la pantalla fantasmática que vela el modo de goce que encuentra en el otro su partener-síntoma. El fantasma es una pantalla que disimula algo determinante de la función de la repetición. Esa es la matriz sin palabras del síntoma sobre la que el fantasma tematiza.

Una analizante con serias dificultades en la relación con los hombres por lo que llamaba una excesiva timidez encontró, vía Internet, la posibilidad de establecer varios contactos. Sorprendida por esta facilidad pudo ubicar que la ausencia de la mirada del otro jugaba en esto un papel. Tiempo después pudo precisar que esa práctica le evitaba “delatarse” por lo que daba a ver o por lo que podía decir. Este “delatarse” permitió abrir el camino de su experiencia con el goce infantil y su actual “frigidez”.

Un hombre joven estableció una relación de pareja por Internet que resultó duradera fuera de la pantalla. Esa relación se había iniciado de manera fuerte del lado fantasmático y luego se fue vistiendo con distintas envolturas que aparentemente hicieron olvidar lo inicios. Más tarde se vió que el enganche del lado del goce quedaba reprimido pero que había sido la condición de la relación partener-síntoma.

En otro caso se trataba de un intenso epistolario que permitía no poner en juego el cuerpo entre dos personas para las cuales eso siempre había sido un problema y, en el caso de mi paciente, era algo no recomendable porque la desestabilizaba.

Es por el discurso que pueden ubicarse las distintas formas de vínculo social ya que el discurso implica una relación reglada al Otro que no existe. Es esa relación la que ordena la soledad y el goce porque da un marco para interpretar la realidad, orienta la conversación y da envoltura formal al goce autoerótico para que pueda hacer síntoma en la relación con el otro. Aquí la idea de síntoma no es lo patológico, el sufrimiento, sino la creencia y funciona como suplencia de la falta de relación sexual dando una proporción encarnada en el partener-síntoma.

Las nuevas tecnologías son una oferta de peso en este momento pero el uso que cada uno hace de la misma es diferente, cambian el soporte, la envoltura, pero la cuestión sintomática para cada uno se nutre de cómo hace con su goce particular.